Economía Feudal
Las invasiones
que sufre Europa durante más de cien años (normandos, musulmanes, eslavos)
con la caída del Imperio romano y el posterior debilitamiento del Imperio
carolingio frenarán la actividad económica hasta las puertas del año 1000.
Es en este
momento cuando se extienden modernas técnicas agrícolas que, existiendo
anteriormente, habían quedado reducidas a pocos espacios territoriales. Entre
ellos cabe destacar el aumento en el uso de los molinos de agua como
fuerza motriz y de las acequias para riego, extendiendo los cultivos y
liberando mano de obra. Además, mejoran los métodos de enganche de los
animales, especialmente el caballo y el buey, cuya cría aumenta
de manera notable y permitirá disponer de animales de tiro en abundancia. Los
instrumentos de uso agrícola, como el arado o la azada,
generalmente de madera, son sustituidos por otros de hierro.
La explotación
agraria feudal era de subsistencia. Los siervos cultivaban lo suficiente para
mantenerse a sí mismos y para pagar los diezmos a la Iglesia y la renta al
señor. De la recolecta se separaban también las semillas necesarias para la
siguiente siembra. Los mercados urbanos se abastecían con las porciones de los
diezmos y la renta.
Los cultivos se
organizaban en torno a las poblaciones en tres anillos. El primero y más
cercano a la población se dedicaba a las frutas y hortalizas. El segundo era
para los cereales, principal sustento de la época. El tercer núcleo eran
tierras de pasto y monte explotadas de forma comunal. Los pastos comunales
limitaban por tanto la expansión de las tierras de cereales e impedían ampliar
la extensión cultivada según la demanda de la población.
La rotación de
cultivos era el principal sistema utilizado para evitar el deterioro de la
tierra. Este método consiste en dejar en barbecho (es decir, sin cultivar) una
parte de la tierra cada año para permitir su regeneración. En las regiones
mediterráneas se usaba la rotación bienal, según el cual la mitad de las
tierras quedaba en barbecho cada año. En las regiones europeas atlánticas se
usaba la rotación trienal: un tercio de la tierra para cereal de ciclo largo
-de invierno-, otro tercio para cereal de ciclo corto -verano- y el último
tercio en barbecho. La tierra que quedaba sin cultivar se dedicaba a uso
comunal, permitiendo que los animales pastasen en ella (práctica conocida como derrota
de mieses).
El aumento de la
producción como consecuencia de las innovaciones supone ya en el siglo XI una
reducción de las prestaciones personales de los siervos a sus señores en cuanto
a horas de trabajo, sustituyéndose por el pago de una cuantía económica o en especie.
Se reducen las tierras del señor y aumentan los arrendamientos. Al mismo
tiempo, los campesinos aumentan sus rentas disponibles y ganan en
independencia.
Se incrementa el
número de tierras roturadas y comienza el periodo de eliminación de los bosques
europeos, drenaje de las tierras empantanadas, la extensión de los terrenos
arados lejos de las aldeas y la construcción dispersa de casas campesinas. Las
mejores tierras atraen a una mayor masa de población y se producen migraciones en
todo el centro de Europa. El crecimiento de la población es notable a partir
del 1050, llegándose a duplicar la población de Inglaterra en
150 años y se triplicará hacia el final de la Edad Media. En el siglo XI
las hambrunas han desaparecido.
A partir del siglo
XII, la existencia de excedentes incrementa el comercio más allá de
las fronteras del señorío. Las actividades comerciales permiten que surja una
incipiente burguesía, los mercaderes, que debe realizar su trabajo pagando
igualmente una parte de sus beneficios en forma de tributos a los señores, que
a su vez incrementan con ello sus recursos. Las rutas de peregrinaje son los
nuevos caminos por donde se abre el comercio. Roma, Jerusalén o Santiago
de Compostela son los destinos, pero las comunidades situadas en sus vías
de acceso florecen. Las ciudades, burgos, son al mismo tiempo espacios de
defensa y de comercio conforme avanza el tiempo y se va gestando una nueva
sociedad que despegará en los siglos XIII y XIV.
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