El socialismo es
el control por parte de la sociedad, organizada como un entero, sobre todos sus
elementos integrantes, tanto los medios de producción como las diferentes
fuerzas de trabajo aplicadas en las mismas.
El socialismo implica, por
tanto, una planificación y una organización colectiva y
consciente de la vida social y económica. Subsisten sin embargo criterios
encontrados respecto a la necesidad de la centralización de la administración
económica mediante el Estado como única instancia colectiva en el
marco de una sociedad compleja, frente a la posibilidad de formas
diferentes de gestión descentralizada de la colectividad socialista, tanto por vías autogestionarias como
de mercado. Existen también discrepancias sobre la forma de organización
política bajo el socialismo para lograr o asegurar el acceso democrático a
la sociedad socialista a clases sociales o poblaciones, frente a la
posibilidad de una situación autocrática por parte de las burocracias administrativas.
Las formas
históricas de organización social de tipo socialista pueden dividirse entre
determinadas evoluciones espontáneas de ciertas civilizaciones de carácter
religioso y las construcciones políticas establecidas por proyectos ideológicos
deliberados. De éstas se destacan, respectivamente, el Imperio Inca y
la Unión Soviética.
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